Santo Domingo Este. El certamen Miss República Dominicana vuelve a estar en el centro de la controversia. Esta vez, por una decisión que ha encendido las redes sociales y provocado una reacción contundente desde la comunidad oriental: la elección de una joven de ascendencia haitiana como representante de Santo Domingo Este en el certamen nacional.
El comunicador Wilmer Castillo no tardó en pronunciarse. A través de sus redes sociales, solicitó públicamente al alcalde Dío Astacio que declare como persona no grata a la directora nacional del certamen, Magaly Febles, a quien responsabiliza de una elección que considera “una falta de respeto” a la identidad local.
“Pido públicamente al alcalde Dío Astacio que declare persona no grata a Magaly Febles, tras otorgarle la representación de la mujer orientaleña a una haitiana en el Miss República Dominicana”, expresó Castillo con firmeza.
La joven elegida para representar a Santo Domingo Este se llama Margarita Simón. Aunque el comunicador aclaró que su reclamo no es personal ni xenófobo, sí subrayó que la joven no refleja la identidad de la demarcación que, según él, merece una representante nacida y criada en su territorio.
“No tenemos nada en contra de esa joven, pero ella no representa a SDE. Esto es una ofensa”, declaró.
La controversia se intensificó tras la denuncia de que Simón habría eliminado de sus redes sociales toda referencia a la bandera haitiana, lo que para Castillo constituye un intento de ocultar su origen ante la polémica.
“Esa muchacha no nos representa. Considero una falta de respeto que Magaly Febles haya escogido a una joven que porte la bandera haitiana en sus redes sociales para representar a Santo Domingo Este en el certamen”, afirmó.
¿Quién define la dominicanidad?
La situación ha desatado un debate que va más allá de un concurso de belleza. Medios, creadores de contenido y ciudadanos de a pie se han enfrascado en discutir los límites —y alcances— de lo que significa representar a la mujer dominicana:
¿Debe primar el lugar de nacimiento? ¿El arraigo cultural? ¿El fenotipo? ¿El talento?
Y, sobre todo, ¿quién tiene la autoridad para decidir quién nos representa?
La figura de Magaly Febles, nuevamente en la mira
La directora nacional del Miss República Dominicana no es ajena a las controversias. Sin embargo, esta vez las críticas no provienen solo del ámbito farandulero, sino también de figuras vinculadas a lo comunitario y lo institucional.
En un municipio que ha luchado por visibilidad, identidad y representación, la elección de una candidata externa al tejido social de Santo Domingo Este toca fibras sensibles.
Castillo insiste: no es xenofobia, es defensa cultural. Pero otros sectores acusan su postura de discriminatoria, e incluso peligrosamente excluyente.
Más allá de la polémica, lo ocurrido pone sobre la mesa la necesidad urgente de revisar los criterios de representación en espacios de alto impacto simbólico como los certámenes de belleza.
¿Debe haber una conexión real y verificable con la comunidad representada? ¿Qué lugar tienen las minorías y los migrantes en estas plataformas? ¿Estamos preparados como sociedad para una identidad más diversa?
En tiempos donde lo simbólico importa, y donde la representación puede marcar un antes y un después en la percepción colectiva, este debate no puede quedarse en el escándalo momentáneo.
Necesita profundidad, apertura y, sobre todo, respeto mutuo.
Porque al final del día, lo que está en juego no es una corona. Es quién somos y quiénes estamos dispuestos a incluir en ese “nosotros”.
Deja una respuesta