En un momento donde el tránsito y la movilidad se han convertido en temas cotidianos de frustración ciudadana, el excandidato presidencial y actual diputado al Parlamento Centroamericano (Parlacen), Ismael Reyes, alza la voz con un mensaje claro y contundente: el problema del caos vial en Santo Domingo no es de operativos ni de rutas improvisadas, sino de visión.
Durante recientes declaraciones, el también presidente del Partido Demócrata Institucional (PDI) cuestionó con firmeza el enfoque fragmentado con el que se han venido aplicando medidas de tránsito en la capital y zonas aledañas. En sus palabras, las soluciones actuales lucen como respuestas urgentes a problemas crónicos que requieren, más bien, una mirada estructural y humana.
“¿Cuánto tiempo más va a pasar antes de que podamos movernos por nuestras ciudades sin sentir que salimos a pelear una batalla?”, preguntó. “¿Por qué normalizamos que cientos de miles de personas vivan atrapadas en un sistema que castiga su tiempo, su energía y su dignidad?”.
Reyes advierte que seguir tratando la movilidad como si fuera una “emergencia semanal” solo conduce a una perpetuación del desorden. Para él, la movilidad es un derecho, una herramienta de desarrollo humano y una medida concreta de calidad de vida. Insiste en que los ciudadanos no deben vivir ajustándose a un sistema que no fue diseñado para servirles, sino que el sistema debe ser reformulado para responder a sus necesidades reales.
“La gente se organiza todos los días para llegar a tiempo, pero el sistema no está organizado para responderle. Esa es la verdadera raíz del problema. Y ahí es donde debe estar el centro de la conversación pública sobre movilidad”, expresó con énfasis.
El presidente del PDI no se limita a una crítica política superficial. Su llamado es a reconfigurar la planificación urbana desde un marco de respeto al ciudadano. Propone abordar la movilidad como una política de Estado, con planificación de largo plazo, integración institucional y enfoque humano. Desde su perspectiva, eso implica escuchar a quienes madrugan, a quienes trabajan sin horarios fijos, a quienes no pueden simplemente “cambiar su ruta”.
“Una nación no se mide solo por sus obras, sino por cómo esas obras impactan la vida de quienes madrugan, trabajan y regresan a casa con esfuerzo. Por eso hablamos de planificación coherente, no de correcciones de último minuto. De soluciones, no de parches”.
En momentos donde las soluciones rápidas parecen dominar la gestión urbana, voces como la de Ismael Reyes invitan a mirar más allá del tapón del día y pensar en la ciudad que realmente queremos habitar. Una ciudad pensada, no improvisada. Una ciudad vivible, no sobrevivible.
Desde Los Regionarios, reafirmamos el valor de estas discusiones profundas, que nos obligan a dejar de aceptar lo inaceptable como parte del paisaje cotidiano. Porque el tiempo, la dignidad y el bienestar de la ciudadanía también son parte del desarrollo nacional.