Cuando el internet no conecta y el abuso sí: Altice y su servicio deficiente en Santo Domingo Norte

 

En República Dominicana se nos vende la idea de que avanzamos hacia la digitalización, pero la realidad que vivimos en sectores como Santo Domingo Norte dice todo lo contrario. Altice, una de las principales empresas de telecomunicaciones del país, está ofreciendo servicios de internet sin capacidad real, amarrando a los usuarios a contratos de 18 meses por un servicio que simplemente no funciona.

En mi experiencia personal —y la de muchos vecinos— contratar Altice ha sido un grave error. Se supone que al firmar un contrato estamos accediendo a un servicio estable, funcional y con la velocidad suficiente para realizar actividades básicas como trabajar desde casa, estudiar en línea o ver una película. Pero lo que recibimos es todo lo contrario: interrupciones constantes, lentitud desesperante, y una atención al cliente que se limita a responder que “no hay fibra óptica en su zona”.

¿Entonces para qué lo venden?

Una de las tantas afectadas es Yajaira Jiménez, residente del Residencial Paseo del Arroyo, quien contrató Altice hace apenas un mes y desde entonces sufre el mismo calvario. “El internet se va a cada rato, no podemos ver Netflix, ni mis hijos pueden hacer tareas. Cuando llamo, me dicen que no tienen fibra aquí, pero si quiero cancelar, tengo que pagar la penalización del contrato. ¿Eso es justo?”, cuestiona con toda razón.

Este es un abuso en toda regla. Lo que hace Altice es vender un producto sabiendo que no puede cumplir con lo prometido, y luego retener a los clientes mediante cláusulas contractuales que los castigan si se quieren ir. Y lo peor: Pro Consumidor guarda silencio. ¿Dónde está el organismo que debe proteger a los usuarios ante estas prácticas abusivas? ¿Por qué nadie regula los contratos de permanencia en servicios que no están funcionando correctamente?

Es momento de exigir cambios. Si una empresa no puede garantizar un servicio de calidad, no puede atar a los clientes por 18 meses como si les estuviera haciendo un favor. No estamos pidiendo nada extraordinario, solo lo justo: que si el servicio no funciona, se permita cancelarlo sin penalizaciones.

No podemos seguir aceptando este tipo de negocios injustos. A los usuarios nos toca alzar la voz, y a Pro Consumidor, actuar de una vez por todas. Altice debe responder por el mal servicio que ofrece en Santo Domingo Norte y en tantas otras zonas donde el internet sigue siendo un lujo, no por su precio, sino por su inexistencia.

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